El mundo que nos dieron, aquel que conocíamos, que podíamos transitar casi con los ojos cerrados, se rompió con la pandemia. En ese universo troquelado, el virus derrumbó nuestras paredes metafóricas, filosóficas, protectoras, que creíamos sanas y salvas, invencibles. Secuestró lo cotidiano volviéndolo tan surrealista que, de pronto, empezamos a dudar de la realidad como tal.

Ahora hay que juntar las piezas, entenderlas de nuevo, resignificarlas, porque ya no encajan. Karina Di Pasquale, en su burbuja, se vale de doce retratos íntimos y familiares para reformular viejas preguntas con nueva voz:

¿Es ésta la vida que quiero?
¿Es mi casa el lugar de refugio?
¿Estoy rodeado de los que amo?
Y entonces cae, como un meteorito, la que más punza:
¿Soy quien quiero ser?

Formulada para ser una experiencia inmersiva e interactiva, Troquel se vale de la fotografía y nuevas herramientas digitales de la mano de Boris, con quien Karina ya viene desarrollando proyectos desde hace un tiempo.